La delgada línea roja
Hace unos días se publicaron los recortes realizados por el gobierno en materia de educación y sanidad, dos de los pilares básicos de un país que pueden verse tambaleados por un gobierno que promete racionalizaciones, pero más que eso son reducciones. En lo referente a sanidad los cambios son muy drásticos, algunos razonables y necesarios ya que la situación del país y de las comunidades lo requiere, es verdad, pero otros traspasan esa delgada línea roja que podemos denominar peligrosa.
Algunas de las medidas anunciadas por el gobierno, son la necesidad no solo del certificado de empadronamiento, sino también del requerimiento de residencia fiscal para recibir atención sanitaria, o la expulsión del sistema aquellos inmigrantes irregulares. Estas medidas se pueden llegar a entender, pero también pueden acabar actuando en su contra.
En cuanto el “turismo sanitario”, es algo que en un principio con las reformas anunciadas se va acabar, quizá sea una de las más prácticas que ha realizado el gobierno, para que un turista pueda venir a operarse a nuestro país necesitará acreditar residencia de al menos 3 meses. Pero esto es algo lógico que quizá debiera haberse hecho varias legislaturas atrás.
Si seguimos con las reformas, una de las más polémicas es el copago de los medicamentos, con esta medida, los activos cuya renta sea mayor o igual a 100.000 euros anuales deberán pagar el 60 por ciento del medicamento, si la renta estuviera entre 18.000 y 100.000 euros el precio se reduciría al 50 por ciento y, si la fuera inferior a 18.000 euros se pagaría el 40 por ciento de la medicina. Es verdad que durante muchos años por parte de un gran número de habitantes procedentes de la tercera edad se han producido abusos de los medicamentos y en sus cajones no encontramos más que cajas y cajas de la misma medicina. Pero está claro que eso es generalizar y no podemos meter a todos en el mismo saco. El hecho de hacer pagar a estas personas una parte de los medicamentos no es la mejor solución ya que son los que menor poder adquisitivo tienen y en teoría los que más necesitan estos medicamentos. Estamos perdiendo esa equidad que se pide para que haya un sistema sanitario justo.
El acceso a la sanidad es un derecho que se recoge en la constitución, por lo que nadie nos lo puede quitar, el gobierno tiene que llevar a cabo medidas para intentar reducir el déficit, pero quizá debería empezar a recortar por otros sitios, obviamente sin olvidarse de recortar en sanidad y educación, pero no de esta manera. No sería mala opción revisar la iglesia tan cercana al gobierno que nos representa ahora y el dinero que ésta controla, o el sueldo de los altos cargos, o el dinero de los equipos deportivos como los de fútbol que con lo que deben a hacienda se podrían solventar muchas deudas de este país.
Está claro que el modelo ha cambiado, parece que estas medidas repercuten sobre los más vulnerables. Vamos a ver como evoluciona todo, pero resulta evidente que el futuro que nos espera es cuanto menos incierto.
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